Hoy fue uno de esos dias en los que sabes que estás bien pero a la vez te sientes rara. Tan rara que no descifras que te sucede. Piensas y te preguntas, ¿Qué tienes? ¿Qué sientes? Y solo puedes decir “no sé”.

Aunque entiendes que es normal y está bien sentirse así de vez en vez, no paras de sobrepensar en todo el dia. Piensas en todo y en nada a la vez. Intentas entenderte pero es tanto lo que pasa por tu mente que no logras pensar una sola cosa por un momento. Te repites que es normal pero a la vez sigues luchando por desenredar tu mente.

Y de pronto te das cuenta que estás cansada… cansada de ser fuerte, de luchar, de sentir, de darlo todo, de seguir siendo buena… Y es ahí donde tienes que decidir, si derrumbarte, dejarte caer y que se joda el mundo o si tan solo necesitas un “break”; un descanso.

Pero, ¿descanso de qué? ¿De la gente que te rodea? No, esa gente es “nueva” en tu vida y los elegiste porque suman y no restan.. Entonces, ¿de qué necesitas descansar? Ahh, de MI! Sí de esa parte de mí que tiende a querer controlar las situaciones, de mi yo que todo lo quiere entender. Necesito descansar de querer apresurarme en cosas en las que me puedo dejar llevar y no pasará nada…

Al menos por ahora, ya puedo dejar los “no sé” y logro contestar: lo que me pasa es que me desespero cuando no conozco el próximo paso que debo dar y por ende no lo puedo controlar. Así que decido descansar de esa parte de mí y comenzar a vivirme lo que siempre digo pero nunca me aplico… Voy a fluir y descansar!